Es por ello que durante las vacaciones de los niños debemos disponer de su tiempo de descanso para que realicen actividades que a ellos les guste, procurar que estos se den fuera de casa y de preferencia en ambientes al aire libre, pero en casa también podemos realizar actividades divertidas que refuercen los vínculos familiares.

Actividades al aire libre

1.  Juegos con agua: el verano es el momento perfecto para realizar juegos con agua y poder refrescarse un poco. Ir a la playa o una piscina ayudará a refrescarse, pero contar con una piscina inflable o armable ofrecerá mayor exclusividad y posibilidades de juego seguro. Podemos colocar elementos que flotan y se hunden para que los niños experimenten estos efectos, inflar algunos globos con agua y colocarlos en la piscina para que los niños los lancen les resultará muy divertido, una amena conversación familiar dentro de la piscina también resultará agradable.

2.  Paseos o excursiones: conocer lugares nuevos y realizar actividades en espacios al aire libre, donde los niños puedan tener contacto con la naturaleza, no solo resulta una experiencia relajante sino también muy interesante y creativa porque despierta la curiosidad. Durante el paseo también podemos aprovechar para realizar actividades como un picnic o una tarde de parrilla si el lugar lo permite. 

1.  Juegos dirigidos: los espacios al aire libre se pueden aprovechar al máximo para realizar juegos tradicionales como “chapadas”, “escondidas” o cualquier otro juego tradicional y usar elementos que se encuentren en el lugar como piedras, semillas, troncos, entre otros para que sirvan de fichas, asientos o escondites. La naturaleza ofrece muchas posibilidades de juego.

Actividades en casa

1.  Preparar un postre o aperitivo: la cocina es una habitación que se transita constantemente para cubrir necesidades alimenticias, pero podemos darle mayor relevancia y significado si organizamos una actividad de cocina o repostería donde los niños puedan participar. Para ellos preparar un platillo o postre siguiendo una receta puede ser una experiencia llena de aprendizajes que va desde tener la oportunidad de interactuar con diferentes ingredientes, observar las transformaciones que se producen cuando estos se mezclan y se hornean hasta reforzar nociones matemáticas de cantidad y tiempo o entender lo importante que es ser disciplinados para que todo salga bien.

1.  Juegos tranquilos: es importante enseñar a los niños a disfrutar de un tiempo de calma y tranquilidad, que este puede ser tan divertido como cuando se realizan juegos de movimiento. Actividades como leer o escuchar un cuento, armar juntos un rompecabeza, pintar con colores o témperas, realizar manualidades o ver la tele juntos son momentos que se pueden realizar en casa junto a la familia y que harán pasar a los niños largos momentos de entretenimiento.

2.  Juegos de mesa: los juegos de mesa podrían considerarse un juego tranquilo, pero hoy en día hay tantas opciones que también se pueden encontrar juegos de mesa que requieren movimientos o desplazamientos, por lo que nos dan muchas más posibilidades para elegir y divertirse en familia.

Lograr que los niños pasen unas vacaciones divertidas dentro o fuera de casa es muy sencillo y más aún con las ideas propuestas, muy sencillas de realizar.

Juvitza Panez Salazar

Lic. Educación Inicial

Esp. Problemas de Lenguaje y Aprendizaje